GALLOCANTA, SUS PAISAJES Y SUS GRULLAS
El niño tras los cristales
observa y paciente espera,
el regreso de las grullas
que a la laguna se acercan.
Geométricas formaciones
la comarca sobrevuelan
dejando bellos dibujos
y sombras sobre la tierra.
Y el niño sale de casa
y a la laguna se acerca,
buscando entre tantas aves
aquella a la que él espera.
Parecen todas iguales
pero ésa a la que él desea,
la conocerá sin duda
en tanto y cuánto la vea.
Observa su caminar
y mientras comen, contempla
y busca aquella señal
que le recuerde cómo era.
Tal vez no ha venido éste año,
quizás haya muerto, piensa,
quizás no pueda volar
o quizás se ha vuelto vieja.
De pronto hay un gran revuelo
y aquella grulla se acerca
y sus grandes alas abre
hacia ésa luna que mengua.
Y el niño la reconoce,
es su amiga de la estepa
que ha venido a saludarle
antes de la primavera.
Y así, como cada año,
niño y animal se entregan
a repartirse el cariño
que en sus ojos se refleja.
Texto: Manuel Trullén Palos
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