DETALLES DE UN OTOÑO EN SELVA DE OZA
Amanece entre montañas, pinares, hayas y abetos y el sol con sus largos dedos penetra hasta las entrañas, para calentar el suelo cubierto de hojas y ramas. Frondosos bosques esconden leyendas y mil hazañas de luchas y de campañas que a la memoria responden cual repicar de campanas que los recuerdos convoquen. Paseo por tus collados, adentrándome en tus bosques, percibiendo los olores del musgo que va alfombrando las piedras de mil colores que mis botas van pisando. Amarillos y naranjas, con un resplandor dorado, contrastan con verdes prados y con la espuma del agua, con los picos ya nevados y las barranqueras bravas. Majestuoso castillo, con su cima desplomada, verde pradera colgada, donde ascender no es sencillo, por una senda quebrada, entre gargantas y riscos. Como la proa de un barco, avanzando en el abismo, cargado de misticismo vemos el Chipeta Alto, que nos reta con cinismo a navegar a su lado. Boca del infierno, selva, paraíso delicado, por el Subordán surcado, nacido en sierra