"OTOÑO EN ANZANIGO Y EN EL ALTO GALLEGO"

Río que surcas airoso,
las escarpadas laderas,
antes de bajar al valle,
cargado de historias nuevas.
En cada gota un suspiro,
una protesta, un lamento,
un doloroso quejido
arrastrado por el viento.
Recorres villas y aldeas
regando campos y huertos,
verdeando extensas praderas
y dando vida a lo muerto.
Tuviste lugar y día
para saludar contento
a esos niños que reían
en veraniegos momentos.
Hoy, sus risas no acompañan
tus obligados descensos,
hoy miras, avanzas, callas
y saludas sólo a viejos.
Atraviesas viejos puentes
que conectan viejos pueblos
done los viejos se mueren
y los jóvenes se fueron.
Desde sus casas te observan
ojos cansados, resecos,
que quieren llorar las penas
de verte pasar tan lejos.
Pero entre dolor y pena,
puente a puente y pueblo a pueblo,
vas regando las riberas
dando color y alimento.
Y tras tu paso callado,
como en un hermoso cuento,
los yermos vas repoblando
con los colores más bellos.
Porque aunque la muerte acecha
y el futuro está muy negro,
ha de llegar una fecha
en que resurjan de nuevo
la vida en campos y huertas
con niños en los colegios.

Texto: José Manuel Trullén