"EL CANAL" XLIII BAJADA DEL CANAL

Turbias aguas que discurren
mansamente por tu lecho
y riegan las ricas huertas,
los sembrados y barbechos.
Como madre generosa,
das de mamar de tus pechos
a toda tierra que encuentras
en las riberas del Ebro.
Das sin pedir a cambio,
la riqueza de tu aliento
y conviertes la miseria
en abundante alimento.
Por tus aguas circularon
navegantes pasajeros,
transportando mercancías
mecidas por tu embeleso.
Barcas surcaron tus aguas
a golpe de duro remo,
para alcanzar los destinos
del entusiasta viajero.
Las gentes que te querían 
te cuidaban con esmero,
limpiando lecho y orillas,
cuidando tu andar incierto.
Hoy los tiempos han cambiado
y tus viajes de otros tiempos,
se sustituyen por medios
más rápidos y ligeros.
Ya nadie te necesita
y te muestran un desprecio
que levantaría en armas
a los que ayer te quisieron.
Te arrojan sus inmundicias,
cual inmundo vertedero,
como si en ti descansasen
lo inservible y lo obsoleto.
No te respetan las gentes
que ensucian aguas y anhelos,
ni te respeta quien debe
mantenerte limpio y fresco.
Canal que vida generas
con tu paso en cada pueblo
y que, a pesar del hastío,
sigues regando sus huertos,
grita desde tus orillas,
desde tus juncos enhiestos,
para que quien deba, limpie
y mantenga con esmero
y quien te disfruta y ama,
no manche tu cauce austero.
 
Texto: José Manuel Trullén
 






























































































 



 

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