VIDA EN EL HIELO

Agua que da vida al campo
que a su vez da vida al hombre,
agua que la vida esconde
en torrentes y en barrancos.
Livianas gotas que flotan
en madrugadoras nieblas,
mojando las frías piedras
que en el suelo se amontonan.
Otras, salen del letargo
y se enfrentan a los fríos
que, con renovados bríos,
las tierras van conquistando.
Agua dura, duro hielo,
delicado y transparente,
que en el frío haces presente
los duros meses de invierno.
Pertinaz y reincidente
muestras puntiagudos dedos
que esconden fríos anhelos
de soledad permanente.
Frágiles y quebradizos,
afilados e insolentes,
muestran sonrisas hirientes
de espíritus huidizos,
que enseñan principalmente
su lado mas atractivo
regalando a los cultivos
vida y verdor solamente.
No hay razones ni motivos
para odiar al frío hielo
pues agua ha sido primero
y ha cumplido el objetivo
de llenar nuestros graneros
de avena, cebada o trigo.
Agua pués, distintas formas,
en lluvia, helada o rocío,
en canal, acequia o río,
para hacerte portadora
de amor, de vida y latido.

Texto: José Manuel Trullén