"LA VIDA CORRE Y PASA DEPRISA"
Cientos de historias viajeras
se transportan cada día
en los pechos silenciosos
y en las miradas vacías.
Van de parada en parada
chirriando sobre las vías,
mirando por las ventanas
la ciudad desnuda y fría.
Historias tristes y alegres,
lágrimas contenidas,
amores adolescentes
y evocadoras sonrisas.
Silencios interminables,
entre miradas furtivas
y roces inevitables
con disculpas contenidas.
Santuario para el móvil
que nos aparta y aísla
de otros cuerpos coincidentes,
de otra humanidad distinta.
De pronto se abre una puerta,
una entrada, una salida,
unos entran al misterio
y otros vuelven a la vida.
Cuando se cierran las puertas,
se apaga la leve brisa
que mantenía despiertas
las esperanzas perdidas.
Y de nuevo el movimiento
con las luces encendidas,
avanzando con desprecio
por las plazas y avenidas.
Añoro tiempos lejanos
donde buses y tranvías
eran lugares cercanos
donde la vida bullía
a gritos de jovenzuelos,
recatadas señoritas,
a golpe de mono obrero,
cigarrillo y gabardina.
Hoy los tiempos han cambiado
y se vive más deprisa,
para llegar cuanto antes
a la parada precisa.
se transportan cada día
en los pechos silenciosos
y en las miradas vacías.
Van de parada en parada
chirriando sobre las vías,
mirando por las ventanas
la ciudad desnuda y fría.
Historias tristes y alegres,
lágrimas contenidas,
amores adolescentes
y evocadoras sonrisas.
Silencios interminables,
entre miradas furtivas
y roces inevitables
con disculpas contenidas.
Santuario para el móvil
que nos aparta y aísla
de otros cuerpos coincidentes,
de otra humanidad distinta.
De pronto se abre una puerta,
una entrada, una salida,
unos entran al misterio
y otros vuelven a la vida.
Cuando se cierran las puertas,
se apaga la leve brisa
que mantenía despiertas
las esperanzas perdidas.
Y de nuevo el movimiento
con las luces encendidas,
avanzando con desprecio
por las plazas y avenidas.
Añoro tiempos lejanos
donde buses y tranvías
eran lugares cercanos
donde la vida bullía
a gritos de jovenzuelos,
recatadas señoritas,
a golpe de mono obrero,
cigarrillo y gabardina.
Hoy los tiempos han cambiado
y se vive más deprisa,
para llegar cuanto antes
a la parada precisa.
Escrito por José Manuel Trullén.
Bienvenidas sean tus fotos y ese maravilloso texto,que nos despierta del letargo veraniego.Amen!!!!!!
ResponderEliminarFANTASTICOS!!!!!!
Fantástico reportaje, un gran trabajo con bonitas imágenes acompañadas de un texto precioso.
ResponderEliminarGracias por ponernos en movimiento de nuevo
ResponderEliminarFeliz vuelta ya teníamos ganas de ver¡Afoticos!👏👏👏👏
ResponderEliminarExquisitas fotografías y acertadísimo texto. Enhorabuena a ambos.
ResponderEliminarUn poema precioso y unas imágenes muy evocadoras de la velocidad a la que nos mueve la vida. Un bonito trabajo que nos transporta desde el final de las vacaciones a la rutina diaria.
ResponderEliminarFantástico texto y fotos. Una gran verdad amigo, la vida vuela. Besos Inma
ResponderEliminarCiudad en Movimiento, viva, con ganas
ResponderEliminarA toda marcha 👍
ResponderEliminarFeliz nuevo curso
ResponderEliminarYa estamos calentando motores siempre en positivo. Precioso texto y unas fotografías que nos muestran como vivimos la vida...... Excelente trabajo a los dos. Saludicos
ResponderEliminarQué bonitas! Qué bonitas!
ResponderEliminarMe encanta el texto y las fotos la calidad de la edición, enhorabuena!
ResponderEliminarEspectacular texto e imagenes
ResponderEliminarEstupendo duo de texto e imágenes.
ResponderEliminarMuy bonitas fotos y un texto con mucha verdad
ResponderEliminar¡Vuelta a la magia! Magia en imágenes y en palabras. Un abrazo fuerte.
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