EL COLOR DE LA AUSENCIA (2)
Me pregunto si tú sabes
de qué color va la muerte.
Si vestida de ésa suerte,
si con cadenas y llaves,
si con la mirada inerte
o con su sonrisa afable.
Imaginamos colores
para el fin de nuestros días,
lápidas grises y frías,
sin futuro ni emociones,
con existencias dormidas
bajo negros nubarrones.
Flores adornan las tumbas,
perfumadas, coloridas,
para dar pasión y vida
a unas voces que retumban,
de una existencia perdida
antes que el vigor sucumba.
Secas, marchitas, ajadas,
poco a poco languidecen
y sus colores ofrecen,
como dádiva sagrada,
a los muertos que merecen
recuerdos de sus andanzas.
Y en un espectral silencio
les hablamos cara a cara,
como si la voz llegara
a traspasar con desprecio
la losa brillante y clara
que con fervor reverencio.
Y el tiempo pasa implacable
y el polvo cubre las losas,
marchitando así las rosas
con una furia culpable,
punzante, cruel, espinosa,
fétida y desagradable.
Monumentos funerarios
van quedando en el olvido,
tantos momentos vividos,
compartidos, necesarios,
tanto amor ya recibido
y tanto amor entregado.
Texto: José Manuel Trullén
Maravilloso trabajo
ResponderEliminarHermoso paseo fotográfico por nuestro campo santo amigo.Algún día,y que sea lo más lejano posible, igual nos podemos hacer un selfie todos juntos en el más allá....😊😊. Enhorabuena,!!!!!
ResponderEliminarQue bonito queda con el toque de color de las flores. Excelente trabajo
ResponderEliminarPerfectas fotografías, aunque nos llevan a recordar familiares que ya no volverán.
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