"UNA OFRENDA LLENA DE COLOR Y SABOR" (1)

 Las calles huelen a pan,
a verdura y fruta fresca,
a vino, sidra y champán
y a productos de la huerta.
Gente con trajes antiguos,
típicos de sus regiones,
con sus sombreros altivos
y zapatos de tacones,
luciendo hermosos caprichos
y bien bordados mantones,
van recorriendo el camino
llevando ofrendas y dones.
Cantidades de alimentos,
recogidos con amor,
dejarán a unos contentos
y a otros con buen sabor.
Frutos de vega y secano,
recogidos con primor,
con esfuerzo y con sudores,
con alegría y dolor,
hoy recorren nuestras calles,
camino de un fin mejor,
repartidos con mesura,
con cariño e ilusión.
Mientras tanto procesionan,
dando alegría y color,
por las calles de ésta tierra
de espíritu conmovedor.
Color en blusa y chaleco,
faja, pañuelo y calzón,
en mantones y en peinados,
recogidos con fervor.
Ésta es la ofrenda de frutos,
la amorosa procesión,
donde el oferente goza
y el público observador,
siente un cosquilleo extraño
noble y enternecedor.

TEXTO: José Manuel Trullén