"PASEANDO ENTRE LA NIEBLA" CAMINO DE VALDEGURRIANA (2)

Mientras camino entre la niebla, a la orilla del canal,
voy buscando cualquier detalle que pueda sorprenderme.
Entrar en la niebla es como entrar en un mundo diferente y abrumador. Sientes su peso, ves las gotas de agua suspendidas en el aire pero,
al mismo tiempo, las sientes dentro de ti, dentro de tu piel,
llegando hasta los huesos, notando la tensión en la boca del estómago
y el castañeteo de los dientes. Sientes que no puedes atravesarla,
que por deprisa que camines nunca la dejarás atrás y te sientes
atrapado. Buscas a tu alrededor algo que te dé una razón para pensar que, tras esa férrea cortina, etérea pero a la que ni la fuerza de los rayos del sol es capaz de lastimar, habrá una vida luminosa, colorida, alegre, carente de la nostalgia y los tonos grisáceos que ahora te atrapan
y encarcelan. Bajas la vista, intentando abarcar solo lo más cercano
y ahora sí, te recreas con ese otro mundo pequeño y diferente.
Las telas de araña, tejidas con paciencia en momentos más luminosos, son ahora joyas perladas de finas gotitas de agua.
Los pétalos de las flores, los tallos de las ramas, la hierba, todo...
Todo cubierto de minúsculas pompas suspendidas y colgantes para
darles un lustre que las convierta en hermosos conjuntos dignos
del mas bello cuadro, el mejor poema y la mejor imagen captada
por la cámara.

 

Texto: José Manuel Trullén